Perdonad mi ausencia durante tantos días de mi cita periódica con vosotros. En primer lugar unos problemillas técnicos me impidieron actualizar el blog, y después fue una de las grandes fiestas del año y su correspondiente resaca las culpables de la inactividad del sitio.
Como a mí me gusta demostrar lo que digo, aquí os dejo con uno de los momentos inolvidables (y a su vez dolorosos) de Salamanca 2007. Los gritos de cochino degollao no tienen precio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario