Y es que la actitud de algunos grupos resulta sangrante. Sobre todo me parece vergonzosa la de Esquerra Republicana de Catalunya. Un partido que se autodenomina de izquierdas no puede cerrar las puertas de par en par al futuro presidente sólo por que sus aspiraciones nacionalistas no se vean colmadas. Dentro de los partidos de izquierda, parece que sólo el Bloque Nacionalista Galego se muestra predispuesto a negociar las leyes con el nuevo gobierno. IC-V y NaBai tampoco parecen proclives a apoyar al presidente al menos a corto plazo.
Con lo cual, a Zapatero sólo le queda la solución de escorarse hacia los que sí quieren pactar leyes: CiU y PNV. Y esto es algo que a muchos socialistas no nos gusta. Significa un giro a la derecha. Estos dos partidos representan lo más rancio de Cataluña y Euskadi. Son los dos partidos más confesionales de toda España. Y así será difícil seguir avanzando en cosas como el derecho a decidir sobre una muerte digna o la investigación con células madre. Es curioso, cuanto menos, que el PSOE vaya a tener más diputados que en la anterior legislatura y que no pueda sacar leyes progresistas por la actitud irresponsable de unos grupos nacionalistas de izquierda que han sido grandes perdedores en estas últimas elecciones.
Por cierto, esta es la entrada número 100 del Blog Polietílico. ¡Felicidades de nuevo!
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